La Iglesia de Layana es de estilo románico, de finales del siglo XII y dedicada a Santo Tomás de Canterbury (al que mataron en 1170).
Localizada en la zona alta del
casco urbano y bien visible desde las llanuras adyacentes, sufrió dos reformas
importantes: la primera, a finales de la Edad Media, en el siglo XVI y la
segunda, en el año 1968.
Sus dimensiones son de 16,5 m de longitud y 7,7 m de anchura.
La portada original tenía 2,07 m
de anchura y la nueva, 1,65.
Tiene planta rectangular rematada por medio de una cabecera absidal de forma semicircular a la que originalmente abría tres estrechas ventanas de medio punto, la central oculta por el retablo.
Al exterior cuenta con una serie de refuerzos en forma de contrafuertes de planta cuadrada adosados al lateral meridional, llegan a ser cinco, que continúan en la zona absidal.
La reforma del siglo XX aunque buscó similitud formal con la original, impregnó a la roca una tonalidad más clara, trabajada y pulida frente a las estrías de los sillares primigenios.
La fachada, en la que cuentan los vecinos de cierta edad que sirvió de pared para jugar al frontón cuando eran chicos, culmina con una peineta con tres grandes vanos de medio punto para sus campanas.
La decoración interior es también escasa, apareciendo el muro desnudo y con la piedra vista a excepción de dos elementos diferenciadores: los capiteles y una franja de ajedrezado compuesto a base de tres hileras de billetes en la zona del ábside, toscamente rehecho a base de cemento en alguno de sus tramos. Los capiteles constituyen uno de los elementos más cuidados del trabajo de los artistas románicos en el templo, individualizados y con labras poco complejas, consistentes en motivos vegetales esquematizados, casi a modo de reinterpretación de hojas de acanto, unidos con detalles antropomorfos, palmetas y flores inscritas en el interior de lazos.
La portada de acceso original, muy sencilla, cuenta con tímpano decorado mediante tres circunferencias talladas en la piedra. La central es la de mayor tamaño y posee un fino resalte, quedando inscrito en su interior un estilizado crismón de brazos curvos, completado con la presencia de las letras griegas alfa y omega, así como una cruz. Sobre el crismón se alza una Dextera Domini, que también aparece asociada al crismón en otros templos de Cinco Villas. En las otras, de escaso relieve, se reconocen los abituales motivos cósmicos de enmarque de crismón: una representa un sol en forma estrellada de veintiuna puntas, destacada sobre el fondo rehundido, mientras que en la tercera se reconoce un creciente volteado, símbolo de la luna.
* Salvo la primera las demás fotos están sacadas de la web romanicoaragones la cual aconsejo a visitar. Más información clic aquí.
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