sábado, 8 de junio de 2024

El Huso y la Rueca de las Cinco Villas

El Huso y la Rueca son dos monolitos hincados en vertical en el terreno, de manera que sobresalen 3 metros y 10 centimetros por arriba y se hunden un metro por debajo. 






Se encuentran en el término municipal de Sádaba, a unos 2 kilómetros de Los Bañales, en un montículo en dirección sur desde otro que no es más que el cerro del Pueyo de Los Bañales, en torno a los 500 metros de altitud.






Sobre su origen hay diversas teorías:

Para Javier Andreu Pintado (director de las excavaciones del yacimiento de los Bañales) serían de origen romano bien formando parte de un hito terminal que marcaría el final del área urbana de la ciudad de Los Bañales (de nombre aún por confirmar) o bien serían una señal, referencia, para los viajeros que desde la vía de Caesar Augusta se dirigían hacia los Pirineos pasando por esta ciudad de los Bañales avisando de la presencia de la misma.


Para Carlos Ollés Estopiñá (escritor de libros como Lugares mágicos de Aragón, amante de los misterios y enigmas, colaborador en Aragón Radio en el programa Aragón Mágico en La Cadiera) podrían ser incluso vestigios más antiguos que los romanos. Cumpliría el servicio de calendario solar, típico de los celtas, ya que en los solsticios, al amanecer y anochecer, la sombra que proyecta el sol en uno de los monolitos, coincide con la del otro y la prolonga en línea recta.



En cualquier caso alrededor de ambos monolitos, se han alimentado desde tiempo atrás entre los lugareños tanto de Uncastillo, Sádaba, Layana y Biota, leyendas a tener en cuenta. En unas el protagonista es Hércules, en otras (como para los de Sádaba) es Sansón. Gigantes capaces de mover monolitos de ese tamaño como si fueran juguetes.


Así estas leyendas vienen reforzadas por la existencia de unas marcas, cazoletas o bien podrían ser zapatas para cimentar diversas estructuras en el cerro del Pueyo de Los Bañales. Éstas serían las huellas de algunos de nuestros gigantes protagonistas que entablaron lucha con el diablo. Por ejemplo podemos imaginar a Hércules en el momento de la faena: inspira profundamente, aprieta los dientes con rabia y agarra las piedras con la musculatura tensa y los pies firmes en el terreno. Ante un público atónito y quizá temeroso, las lanza a distancia hasta que van a parar al cerro donde se encuentran en la actualidad. Tras el lanzamiento, según la leyenda, se sienta e impregna la huella de su trasero y de su proeza en la roca para siempre.




En versión de los sadabenses, al parecer fue Sansón quien las lanzó hacia el monasterio de Cambrón donde estaba el diablo y éste devolvió una que cayó en la bajada de la atalaya de Sádaba, donde hoy se puede ver un pilón que recuerda el acontecimiento.



Adjunto un vídeo del programa Los Secretos de las Piedras, de Aragón TV, donde Eugenio Monesma en 2013 entrevista a Javier Andreu:




Y también adjunto un enlace, clic aquí del programa La Cadiera de Aragón Radio, Aragón mágico: el huso y la rueca de las Cinco Villas.


Para acceder a estos monolitos lo más fácil y directo es desde Layana, coger la pista a la derecha que hay nada más pasar el cementerio. Poco a poco iremos viendo a lo lejos el cerro donde se asientan el Huso y la Rueca.



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