martes, 14 de mayo de 2024

Yacimiento arqueológico de Los Bañales (I)



Aunque situado actualmente en el término municipal de Uncastillo, es estrecha, por cercanía entre otras, la relación y unión de esta zona de Los Bañales con Layana. Por ello comienzo una serie de entradas que recogen la información de este yacimiento compuesto por el foro, las termas, acueducto y el domus.





El yacimiento de Los Bañales se encuentra situado en la llanura formada por los ríos Riguel y Arba de Luesia, en la que hay unas elevaciones superiores a los 540 m llamados "Pueyos"- en los que se habrían asentado las primeras civilizaciones que habitaron esta zona.

El Pueyo se encuentra en una posición dominante sobre la llanura y, además, cuenta con un cinturón rocoso de arenisca. Este cinturón supone un método natural de defensa.

Las investigaciones anticipan que el Pueyo de Los Bañales pudo estar ocupado desde el siglo IV a. C. pero con seguridad, en el siglo II a. C. Las evidencias encontradas están relacionadas con la cerámica, principalmente se trata de cerámica indígena y de cerámica de tradición hallstática.

Debió ocupar una extensión de algo más de veinte hectáreas de terreno, delimitadas al norte por un monumental espacio residencial, al sur por el cerro de El Huso y La Rueca, al este por Puy Foradado y el trazado elevado de un acueducto romano, y al oeste por la supuesta necrópolis al pie del cerro de El Pueyo.



Se ignora el nombre que la ciudad tuvo para quienes la habitaron y, también, aquel con el que pudieran conocerla los romanos a su llegada a la zona hacia el 195 a.C. En todos los años que se han dedicado al estudio de este yacimiento, muchos han sido los nombres posibles que se le han atribuido, Clarina, Muscaria, Atiliana, pero el que actualmente se considera más plausible es el de Tarraca. En cualquier caso, solo la aparición de alguna inscripción pública en las excavaciones futuras, en la que figure el nombre de la ciudad, podrá resolver esta incógnita.

Durante el principado de Augusto (27 a.C. al 14 d.C.) se produce una revalorización de las tierras cercanas a, la recién fundada, Caesar Augusta (Zaragoza). Fue el mismo Augusto quien fundó la ciudad en persona y ello permitió el auge de la Hispania citerior. Otra ciudad importante, no lejos de Los Bañales, era Pompelo (Pamplona), fundada por Pompeyo en el 72-71 a.C. Para unir estas dos ciudades se crearon muchas vías que pasaban por diferentes poblaciones, una de estas vías pasaría muy cerca de Los Bañales. Existen evidencias en los miliarios de la presencia de las legiones que pudieron haber contribuido a la revalorización y monumentalización de Los Bañales. 

Así pues entre el año 15 a.C. y el 9 a.C. se debió producir el despegue inicial de esta zona durante el principado de Augusto con la construcción de la plaza pública.

La época de esplendor llega con la época Flavia, desde los años 70 d.C. hasta los comienzos del siglo II d.C. Es en este momento cuando se cree que se construyeron las termas que dan nombre al yacimiento.

En el periodo entre Marco Aurelio, Cómodo y Caracalla es cuando al parecer se construyen tabernae con el uso de materiales reciclados de otras construcciones monumentales. Estas tabernae eran talleres artesanales, zonas de almacenaje o posibles viviendas.

Su regresión llegó poco después hasta acabar con el abandono de la ciudad para el siglo IV d.C." 





Hubo, sin embargo, una reocupación de la ciudad entre los siglo VI y IX d.C. conociendo presencia visigótica y, finalmente, también emiral islámica.

Después del despoblamiento de Los Bañales, la zona pasaría a convertirse en una cantera de reutilización de los materiales de edificios derruidos. Además, tal fue el abandono de la ciudad que se perdió, en la tradición, el nombre nombre antiguo latino de ésta. También fue objeto de disputa entre las nuevas unidades de territorio que comenzaban a aflorar en la temprana Edad Media. 

Ya en el año 1154, el nombre que usan las fuentes para referirse al yacimiento es por el que lo conocemos en la actualidad: Los Bañales.


Adjunto un vídeo, del año 2013, en el que Javier Andreu, director de las excavaciones en el yacimiento, explica perfectamente la cronología de la época romana del mismo.




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