jueves, 16 de mayo de 2024

Yacimiento arqueológico de Los Bañales (III): la Domus

    Se trata de una zona residencial próxima a un espacio público. Este último comenzó a excavarse en los 70 del siglo XX, y en él se aprecia una escalera, que conduciría a un nivel inferior de la terraza, y un entramado de acanaladuras y depósitos horadados en el pavimento y en estudio.




  Lo primero que llama la atención al subir desde Layana, son las columnas toscanas de arenisca que presiden el horizonte bañalense. Actualmente son dos pero, cuando fueron colocadas en torno al I d.C, pudieron llegar a ser unas ocho. Realmente no serían más que una parte del pórtico en el que cruzan las dos calles que articulan la zona, un cardo y un decumano. De estos conservamos la acera, así como los "pasos de cebra" de momento, que consisten en unos sillares colocados en perpendicular a la calle para poder cruzarla y, al mismo tiempo, para reducir la velocidad de aquellos carros que han dejado marcas en el pavimento (aún visibles).

El espacio nos ha descubierto cientos de pedazos de cerámica, decenas de hueso, cristal y varios tipos de metales (incluso un pendiente de oro). La última "novedad" son una especie de hogueras que aún presentan una incógnita para los arqueólogos.

     Es en este lugar, al este del recinto, donde nos topamos con la domus en sí. Una vivienda de grandes dimensiones en la cual habitaría la élite de Los Bañales. Su crujía norte da a la calle más próxima a las columnas del pórtico, mientras que la este se orienta hacia la calle que conserva las aceras. Aún no se puede determinar dónde estaría la puerta de entrada a la casa, puesto que no se ha excavado del todo hacia el oeste ni hacia el sur, aunque lo más probable es que se encuentre aquí por las condiciones climáticas y porque la calle iría en dirección a las termas. Presenta un peristilo central, o lo que es lo mismo, un patio interior, que articula toda la vivienda y que, en su momento de construcción o de inicios de uso (sobre el I d.C), tendría 11 columnas sustentándolo y unos muretes que lo rodearían. Por ello aparece también un orificio que da lugar a un pequeño canal con la finalidad de dar salida al agua acumulada. Una de las estancias que se abre hacia él muestra algunas pinturas murales rojizas, negras y blancas, dando a entender que podría tratarse del triclinium o comedor. El resto aún están siendo estudiadas, si bien está clara la disposición de varios dormitorios (cubicula) en el ala oriental de la domus, profusamente decoradas, además, con pinturas imitando incrustaciones marmóreas.

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